El nuevo reloj Patek Philippe 27000M-001 es una obra maestra. En un universo donde la alta relojería suele asociarse a piezas de pulsera, Patek Philippe vuelve a sorprendernos con una creación que trasciende el tiempo y el espacio. Una edición que no solo celebra la tradición de la casa ginebrina, sino que la eleva con una propuesta técnica y estética sin precedentes.
Un homenaje a la historia, impulsado por la innovación
Inspirado en dos piezas legendarias —una vendida a James Ward Packard en 1923 y otra a Henry Graves Jr. en 1927—, el 27000M-001 se presenta como el digno heredero de un linaje exclusivo. Pero esta nueva referencia no es una simple reedición: es la culminación de siete años de desarrollo, que han dado lugar a un calibre completamente nuevo, cargado de innovaciones y perfección mecánica.
Calibre 86-135 PEND S IRM Q SE: precisión al límite
En su interior late el revolucionario calibre 86-135 PEND S IRM Q SE, compuesto por nada menos que 912 componentes y respaldado por nueve patentes. Este movimiento rectangular de cuerda manual ofrece una reserva de marcha extraordinaria de 31 días, gracias a tres barriletes montados en serie.
Su precisión es igualmente impactante: +/- 1 segundo al día. Para lograrlo, Patek Philippe ha incorporado un regulador de precisión con mecanismo de fuerza constante, lo que garantiza una amplitud estable del volante durante todo el mes. Una proeza mecánica al servicio de la exactitud.
Panel de control: tecnología intuitiva en clave clásica
Uno de los aspectos más innovadores del 27000M-001 es su panel de control mecánico, oculto bajo una tapa de nogal americano con bisagras laterales. A través de un conjunto de botones pulsadores, el usuario puede ajustar las funciones del reloj de forma intuitiva, sencilla y ergonómica. Un guiño contemporáneo a la funcionalidad, sin perder el alma artesanal que define a la marca.
Estética de colección: arte en cada detalle
Visualmente, el reloj es una joya de alta artesanía. El gabinete está elaborado en plata 925, con paneles de esmalte verde Grand Feu flinqué decorados con un refinado motivo guilloché de remolinos. El borde superior y el bisel lucen un grabado de «cuerda», y destacan los cuatro leones alados en vermeil, un homenaje directo al modelo histórico de 1923.
Cada elemento ha sido concebido para celebrar la estética clásica, sin renunciar a la sofisticación contemporánea. El resultado: un objeto de colección que puede traspasar generaciones.
Un legado con propósito benéfico
Cabe recordar que antes de su lanzamiento oficial, una versión única de esta pieza —la referencia 27001M-001— fue subastada con éxito en la edición 2021 de Only Watch, consolidando no solo su valor simbólico, sino también su impacto positivo en causas solidarias.
Conclusión
El Patek Philippe 27000M-001 no es solo un reloj: es un manifiesto de lo que la alta relojería puede lograr cuando tradición, técnica e innovación se alinean en perfecta armonía. Diseñado para los verdaderos conocedores, es una obra maestra que honra el pasado mientras marca el ritmo del futuro.
Patek Philippe en Miguel Muñoz.
